Una fuerte lucha por su supervivencia libra hoy el teatro indonesio de marionetas, debido a la falta de interés y el alza en los pasatiempos modernos.
Cada día son menos los indonesios que quieren aprender el manejo de las marionetas o convertirse en dalang (titiritero), declaró a la prensa Henky Suryodilogo, artesano de estas figuras en Yakarta y cada vez menos turistas que realizan vuelos a Jakarta se interesan por ello.
Los titiriteros son menos hábiles que hace unos años, pese a que su labor requiere de un gran conocimiento y control para poder contar historias, cantar e interpretar decenas de personajes, precisó.
Declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2003, el llamado arte wayang es oriundo de Indonesia y Malasia como parte de una tradición, que durante más de nueve siglos amenizó y divulgó los valores de la sociedad a través de anécdotas y leyendas.
Uno de los aspectos que inciden en la falta de interés del público resulta el tiempo de duración de los espectáculos, algunos incluso pueden durar más de ocho horas, sin contar que los niños prefieren personajes ficticios como Bob Esponja o Spiderman, indicó Suryodilogo.
Aunque han desaparecido muchas formas de hacer teatro de las sombras, como también suele llamarse a este arte, sólo en Indonesia se conservan más de 60 variedades de representaciones o ceremonias destinadas a levantar el ánimo, entretener y enseñar.
En estos espectáculos, protagonizados por dioses, gigantes, bestias, bellas princesas y guerreros, las marionetas -planas y elaboradas generalmente con piel de búfalo- marcan el ritmo de las acciones, gracias a un diseño que permite transmitir emociones y estados de ánimo.
Bajo la tenue luz de una bombilla, los titiriteros proyectan las siluetas de los wayang sobre una tela blanca, detrás de la cual se ubica el dalang y los integrantes de la orquesta, que con su música acompañan al relato.
Pero el encanto y la magia de antaño apenas alcanzan, en la actualidad, las 50 funciones al año, en un escenario donde los conciertos de música en directo desplazan a diario las epopeyas clásicas hindúes como el Ramayana y el Mahabharata.
Vía: Prensa Latina
Imagen: Living Viajes