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Como los ciudadanos de Indonesia están mucho más acostumbrados a los movimientos sísmicos de lo que cualquiera de nosotros podría llegar a pensar, en este espacio intentamos hacernos eco solamente de aquellos que consideramos que pueden haber afectado el desarrollo de las actividades tradicionales en aquellas tierras. Y eso es lo que ha sucedido el pasado domingo, cuando un fuerte terremoto submarino y superficial golpeó partes de la isla de Sumatra.

El caso es que si bien este movimiento provocó pánico entre los habitantes locales, como decíamos de una forma que habitualmente no sucede pues lamentablemente se encuentran acostumbrados a los temblores de la tierra, por suerte no ha pasado a mayores. Eso sí, el Servicio Geológico de los Estados Unidos ha señalado que el sismo de 6.2 grados sacudió a una profundidad de 5.5 kilómetros bajo el mar.

En concreto, el epicentro del terremoto fue ubicado a unas 197 millas al suroeste de Aceh, la capital de la provincia homónima. Sin embargo, rápidamente la Agencia de Meteorología y Geofísica de Indonesia determinó que su magnitud era de 6.4 en la misma escala, y descartó que pudiera haber un tsunami, lo que facilitó las tareas de rescate de las personas, y evitó que existiera un pánico innecesario.

Otro punto positivo de este último movimiento sísmico que se registró en Indonesia tiene que ver con que las pérdidas materiales, que no son lo más importante pero luego dificultan la vida de las personas, han sido mínimas. Como siempre decimos, Indonesia es propensa a los terremotos debido a su ubicación en la región del Pacífico conocida como “Anillo de Fuego”.

Vía: USA Today
Imagen: Telegraph

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