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Uno de los casos de corrupción sobre autoridades públicas de Indonesia de mayor gravedad se ha producido en los últimos días, cuando el Ministro local de Asuntos Religiosos, Suryadharma Ali, comenzó a ser investigado como el principal sospechoso de una red de “malversación de fondos públicos”, según consta en la causa. Una situación que le llevó a dimitir como ocupante de ese puesto ante la sorpresa general.

El hombre, que desde luego ya fue citado por la justicia como el principal sospechoso de esta situación, redactó la carta de renuncia al poco tiempo de conocerse la noticia, y entregó la misma personalmente al indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, de quien se espera aún brinde una conferencia de prensa ante los distintos medios nacionales para conocer un poco más acerca de la situación.

En tal aspecto, de acuerdo a lo informado por el propio secretario de Estado, Sudi Silalahi, “la determinación acerca del hecho que involucra a Suryadharma, será debidamente trasmitida al país y corresponderá con la política de cero tolerancia a la corrupción seguida por la administración indonesia”, por lo que podemos dar casi por hecho que, encontrado culpable o no, se pasará un buen tiempo alejado de la vida pública.

Incluso, el caso fue destapado en realidad por la Agencia de Lucha Anticorrupción de esta nación del sudeste asiático, cuyos investigadores fueron los primeros en sostener que este carismático político musulmán y líder del Partido del Desarrollo, fue la cara visible de una red que se encargó de “desviar fondos públicos de ayuda a los fieles del Islam en su peregrinación a La Meca”, en transacciones cercanas a los 15.000 millones de euros.

Vía: Prensa Latina
Imagen: Berita 57

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